viernes, 28 de enero de 2011

El hombre que en la vida se había muerto ...


Andaba estudiando cuando, sin reparo, pensé en la prosa poética como una escusa más para olvidar lo estudiado. Y así, pensé en improvisar cualquier historieta que por un momento me permitiera no seguir siendo del estudio una marioneta.

Palabras que se escupen sin orden ni sentido, solamente útiles para no estar aburrido; así, sin más dilación, dispóngome a contar algo que no puedo saber todavía, si será una bonita elegía o un pedazo de mojón.

Hubo una vez un hombre, que un sábado cualquiera, sin si quiera saber la hora que era, despertó aturdido, trastornado perdido y acojonado, preguntándose por qué se sentía tan ligero si la noche anterior se había comido un cordero entero. Anduvo buscando explicación, corriendo de un lado para otro como un loco, pero todas las hipótesis le sabían a poco; hasta que en bueno momento, pudo dar con el kit de la cuestión, y no con poca desazón, dióse cuenta que en realidad no estaba despierto, y que la ligereza de su cuerpo se debía a que en realidad lo que estaba era muerto. O_o


Corrió apresurado a su médico, y aunque su aspecto era poco estético, salió a la calle en pelotas, si bien lo único que vestía eran unas elegantes botas. Llegó a la consulta y al comentarle el problema que tenía a su médico de cabezera, éste no salió de su asombro, pues antes de que se diera cuenta, el doctor tenía un cordero masticado encima del su hombro.

Durante horas y horas, muerto, cordero y doctor debatieron sobre la muerte y sobre si esta causa dolor; sin llegar a ninguna conclusión, decidieron matar al cordero y cocinarlo encima de un antiguo fogón, que el doctor tenía en su armario, porque en su gremio se decía que alejaba el marfario.

Pusiéronse moraos de comer cordero pero entonces algo pasó, el espíritu del cordero regresó, y con las mismas a muerto y a doctor se los comió, porque al haber visitado la otra vida, el cordero gigante y un cacho de depredador se volvió.

El médico murió y el muerto murió más, pero juntos pasearon y se bebieron una botella de champán; bonita cogorza la que cogieron, que al cabo de dos horas ya iban arrastrándose por los suelos.

A la mañana siguiente, nada recordaban de la noche anterior, ni el doctor que muerto estaba, ni el muerto que estaba muerto por dos.

Así que cuando el muerto se levantó, ese domingo cualquiera, sin si quiera saber la hora que era, despertó aturdido, trastornado perdido y acojonado, preguntándose por qué se sentía tan ligero si la noche anterior se había comido un cordero entero. Anduvo buscando explicación, corriendo de un lado para otro como un loco, pero todas las hipótesis le sabían a poco; hasta que en bueno momento, pudo dar con el kit de la cuestión, y no con poca desazón, dióse cuenta que en realidad no estaba despierto, y que la ligereza de su cuerpo se debía a que en realidad lo que estaba era muerto. O_o


Corrió apresurado a su médico, y aunque su aspecto era poco estético, salió a la calle en pelotas, si bien lo único que vestía eran unas elegantes botas. Llegó a la consulta y al comentarle el problema que tenía a su médico de cabezera, éste no salió de su asombro, pues antes de que se diera cuenta, el doctor tenía un cordero masticado encima del su hombro.

Durante horas y horas, muerto, cordero y doctor debatieron sobre la muerte y sobre si esta causa dolor; sin llegar a ninguna conclusión, decidieron matar al cordero y cocinarlo encima de un antiguo fogón, que el doctor tenía en su armario, porque en su gremio se decía que alejaba el marfario.

Pusiéronse moraos de comer cordero pero entonces algo pasó, el espíritu del cordero regresó, y con las mismas a muerto y a doctor se los comió, porque al haber visitado la otra vida, el cordero gigante y un cacho de depredador se volvió.

El médico murió y el muerto murió más, pero juntos pasearon y se bebieron una botella de champán; bonita cogorza la que cogieron, que al cabo de dos horas ya iban arrastrándose por los suelos.

A la mañana siguiente, nada recordaban de la noche anterior, ni el doctor que muerto estaba, ni el muerto que estaba muerto por dos.


Así que cuando el muerto se levantó, ese lunes cualquiera, sin si quiera saber la hora que era, despertó aturdido, trastornado perdido y acojonado, preguntándose por qué se sentía tan ligero si la noche anterior se había comido un cordero entero. Anduvo buscando explicación, corriendo de un lado para otro como un loco, pero todas las hipótesis le sabían a poco; hasta que en bueno momento, pudo dar con el kit de la cuestión, y no con poca desazón, dióse cuenta que en realidad no estaba despierto, y que la ligereza de su cuerpo se debía a que en realidad lo que estaba era muerto. O_o


Corrió apresurado a su médico, y aunque su aspecto era poco estético, salió a la calle en pelotas, si bien lo único que vestía eran unas elegantes botas. Llegó a la consulta y al comentarle el problema que tenía a su médico de cabezera, éste no salió de su asombro, pues antes de que se diera cuenta, el doctor tenía un cordero masticado encima del su hombro.

Durante horas y horas, muerto, cordero y doctor debatieron sobre la muerte y sobre si esta causa dolor; sin llegar a ninguna conclusión, decidieron matar al cordero y cocinarlo encima de un antiguo fogón, que el doctor tenía en su armario, porque en su gremio se decía que alejaba el marfario.

Pusiéronse moraos de comer cordero pero entonces algo pasó, el espíritu del cordero regresó, y con las mismas a muerto y a doctor se los comió, porque al haber visitado la otra vida, el cordero gigante y un cacho de depredador se volvió.

El médico murió y el muerto murió más, pero juntos pasearon y se bebieron una botella de champán; bonita cogorza la que cogieron, que al cabo de dos horas ya iban arrastrándose por los suelos.

A la mañana siguiente, nada recordaban de la noche anterior, ni el doctor que muerto estaba, ni el muerto que estaba muerto por dos.


Así que cuando el muerto se levantó, ese martes cualquiera, sin si quiera saber la hora que era, despertó aturdido, trastornado perdido y acojonado, preguntándose por qué se sentía tan ligero si la noche anterior se había comido un cordero entero. Anduvo buscando explicación, corriendo de un lado para otro como un loco, pero todas las hipótesis le sabían a poco; hasta que en bueno momento, pudo dar con el kit de la cuestión, y no con poca desazón, dióse cuenta que en realidad no estaba despierto, y que la ligereza de su cuerpo se debía a que en realidad lo que estaba era muerto. O_o


Corrió apresurado a su médico, y aunque su aspecto era poco estético, salió a la calle en pelotas, si bien lo único que vestía eran unas elegantes botas. Llegó a la consulta y al comentarle el problema que tenía a su médico de cabezera, éste no salió de su asombro, pues antes de que se diera cuenta, el doctor tenía un cordero masticado encima del su hombro.

Durante horas y horas, muerto, cordero y doctor debatieron sobre la muerte y sobre si esta causa dolor; sin llegar a ninguna conclusión, decidieron matar al cordero y cocinarlo encima de un antiguo fogón, que el doctor tenía en su armario, porque en su gremio se decía que alejaba el marfario.

Pusiéronse moraos de comer cordero pero entonces algo pasó, el espíritu del cordero regresó, y con las mismas a muerto y a doctor se los comió, porque al haber visitado la otra vida, el cordero gigante y un cacho de depredador se volvió.

El médico murió y el muerto murió más, pero juntos pasearon y se bebieron una botella de champán; bonita cogorza la que cogieron, que al cabo de dos horas ya iban arrastrándose por los suelos.

A la mañana siguiente, nada recordaban de la noche anterior, ni el doctor que muerto estaba, ni el muerto que estaba muerto por dos.


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3 comentarios:

  1. Qué cojonudo. Cuento de nunca acabar.

    ¿Quieres que te cuente un cuento?
    Sí.
    No me digas que sí, di que no, porque mi abuela tenía un gato con las orejas de trapo y el hocico al revés, ¿Quieres que te lo cuente otra vez?
    No.
    No me digas que no, di que sí, porque mi abuela tenía un gato con las orejas de trapo y el hocico al revés, ¿Quieres que te lo cuente oyra vez?

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  2. Historia inacabable jajaja

    Me recuerdas a la manera de escribir de Roberto Iniesta en partes de su libro jeje.

    PS: Te he comentado porque me has obligado en otra red social... ¡naaah es broma! jeje coméntame a mí también xD

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  3. Jajaja que bueno tio, me alegra volver a leerte.
    Un abrazo.
    Azhaag

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