viernes, 5 de octubre de 2012

HISTORIA DE UN MILAGRO

Parece ser que la inspiración no me suele venir, pero cuando aparece, viene con ideas de dos en dos. Así ha sido en esta ocasión; cuando todavía no he asimilado la última cosa que escribí, se me ha ocurrido otra pequeña composición, esta vez de corte más romántico, aunque me esfuerzo por no ser un empalagoso siempre. Prefiero tirar por el mundo metafórico, irónico y supuesto. En esta ocasión, el poema podría entenderse o interpretarse al gusto, pero además de decir que es de corte romántico, la foto deja poco espacio para las dudas. 

Ea, me he puesto romántico, aunque esté escuchando una canción brutísima de Korpiklaani, soy así de bipolar.


HISTORIA DE UN MILAGRO

Sin abismo anunciado
en los albores de mi ser
con el ínfimo pecado,
en la espalda amanecer

Y las palmas desgastadas, 
las mejillas sonrosadas,
el aliento caldeado
y de fondo la alborada

El regalo fue entregado, 
de la selva la color,
de la luna su esplendor

Con sonrisas adornado,
de las aguas su pureza, 
de los campos su cadencia 

La mirada sin mirada
y en el cuello esa tensión,
la semilla en extensión
tras la luna agazapada

En los labios el ardor, 
en las piernas el temblor,
en las manos la viveza, 
en la mente la entereza

El tesoro fue amado,
de la suerte su venida
de constancia apercibida 

Con cascadas obsequiado,
de mi ser perpetuidad,
de tu voz eternidad



jueves, 4 de octubre de 2012

OCASO

Después de ya bastante tiempo sin escribir ningún poemilla, hace un par de días me decidí a escupir algo. Tenía alguna hora libre que otra y dije, oye, pues voy a ver si me sale algo. 

Decir que estoy desentrenado y esto tiene un tinte amateur que brilla solito, sin luz que le enfoque. 

Puede que el hecho de volver a escuchar a Triana me haya dado un mínimo de inspiración, aunque nunca pueda llegar a esa profundidad que el gran Jesús de la Rosa Luque tenía. 

Esto sólo lo digo porque, en breve, es posible que publique alguna entrada de ese gran poeta y su efímero pero grandísimo grupo.

Saludos cordiales




















OCASO


Arboledas se deshojan,
el otoño ha llegado
En el silencio se antoja
la primavera y su legado

Brisa fresca que aireaba
los cabellos y la vida
extinta ya no aviva
lo que antes adoraba

Como robles nos mirábamos
Como olas del mar bailábamos
mas ¡qué poco caminamos!
Como bonsáis nos quedamos
Como charcas nos ensuciamos

El cazador fue cazado
por la senda del tiempo,
ligera como el viento
corta vida a robado

Nos perdimos en un bosque
de lanza, ladrillo y carbón,
tan ilusos fuimos
que ese bosque se quemó

Nuestra lluvia no bastó
Nuestro fuego no cesó
Nuestras almas bien ardieron
Nuestro rostros anochecieron


Como robles nos mirábamos
Como olas del mar bailábamos
mas ¡qué poco caminamos!
Como bonsáis nos quedamos
Como charcas nos ensuciamos